Recientemente tuve la ocasión de acudir a presenciar una sesión de cuenta cuentos en la biblioteca municipal de la Sagrada Familia.
Más que detenerme en los cuentos, me gustaría centrar la atención de esta entrada en un protagonista muy particular: Fuco Ratapón.
Cuando oí ese nombre y vi esa figura ratonil mi mente retrocedió en el tiempo y me vi sentado en esa misma biblioteca, embelesado escuchando los cuentos de ese mismo ratón.
Y allí estaba de nuevo. Unos doce o trece años después estaba allí escuchandole de nuevo, esta vez como aprendiz.
Y debo decir que la experiencia fue excelente. Desde que salió a escena hasta que se retiró a su agujerito cautivó a padres, madres y niños por igual con su entusiasmo, su entonación, una forma envidiable de meterse en un personaje y en los cuentos y sobre todo, esa manera de interactuar con los pequeños, creando un clima inmejorable.
En un cuento como Frederick, una canción interactiva o traduciendo a un peluche, vi en él al paradigma del cuenta cuentos, y no pude más que dejarme embelesar de nuevo, sentir una admiración increíble, y no dejar de pensar "esta persona no está pagada lo suficiente"
La verdad es que este cuentacuentos fue genial y lo mejor fue el cerdito, jeje
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